miércoles, 18 de noviembre de 2009

Los Baños


¿Cuantos cuartos de baño se precisaban para hacer digna una morada renacentista? Ninguno. Las damas se lavaban en el dormitorio con el jarro y el barreño; raras veces pedían a sus criadas que les prepararan un baño caliente en una bañera de madera o de porcelana. Todos los criados, a su vez, tenían que llevar al “caesum”, del latín “caída”, los restos suyos y de sus dueños recogidos en un original y puestos a veces en “comode”, sillas agujereadas que, después de utilizadas, se cerraban y se mimetizaban como si formaran parte del mobiliario.¿Cuántos cuartos de baño se precisan hoy para que una casa se pueda considerar como tal? Por lo menos uno por cada dormitorio, mejor si es grande y capaz de recoger en un único lugar las dos funciones que antes estaban separadas; aun, recientemente el cuarto de baño se ha convertido casi en el punto de apoyo de toda la casa; el lugar donde, si es posible se colocan una espaldera y unas maquinas de remar, se instalan un hidromasaje y un equipo de música para disfrutar de la música durante el cuidado del cuerpo.Los que aman las casas antiguas saben cuanto han cambiado nuestra relación con el cuarto de baño: sus puntos débiles, capaz de pedir pesados trabajos de reestructuración y la intervención de arquitectos, estas siempre en el único y minúsculo “Caesum”. Por otra parte, un piso señorial del comienzo del siglo ya tenia el merito de haber previsto un pequeño rincón AD HOC, visto que las moradas normales solo tenían retretes compartidos por moradas por muchas viviendas ¿Por qué tantas diferencias? Naturalmente la introducción del agua corriente, y también de las alcantarillas ha sido un elemento definitivo que ha permitido pensar en el cuarto de baño como en un lugar de agradable parada y no de un rápido pasaje.Hoy en día el antaño del hombre es un lugar ajeno al diseño y exento de decoración, es que goze de la misma importancia estética que otras estancias como el salón y el dormitorio. El cuarto de baño ha ido ganando relevancia con el paso de los años. Su funcionalidad puramente higiénica ha transmutado en una necesidad urgente de bienestar. Al hilo de los esquemas sociales del presente, el baño ha tenido que dar respuesta a un ritmo de vida cada vez más acelerado, mimándonos y haciendo del relax nuestro particular tesoro. De este modo, no nos sorprende que soluciones que en el pasado eran inalcanzables para los bolsillos, estén actualmente más cercanas a nuestras posibilidades.

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